La historia que hoy vamos a contarles, es una que nunca debe ser olvidada. Se trata de Ivan, un pequeño con un corazón enorme. Sin embargo, la historia no es sólo suya, sino de miles de niños que cada día viven en carne propia una pesadilla.
Si bien no podemos asegurar que la historia sea 100% real, es importante tenerla siempre en consideración debido al mensaje que nos deja.
“Mi nombre es Ivan, tengo 10 años. Quiero mucho a papá y mamá, pero también les tengo miedo. Algunas veces me pegan y no se porqué.
Hoy fui a colegio, me gusta estudiar y quiero mucho a mi profesor. También me gustan mis compañeros, pero no tengo amigos; por eso me quedo en el aula durante los recesos. Nadie quiere jugar conmigo o ser mi amigo, siempre me rechazan y dicen que doy asco.
Se burlan de mi porque llevo los mismos pantalones, playera y zapatos todos los días.
Un día, saliendo de la escuela tomé una sudadera que llevaba muchos días colgada y parecía no tener dueño. Cuando me fui a casa estaba nevando; yo tenía mucho frío y temblaba, era muy difícil caminar por lo fuerte del viento. De pronto alguien me empujo y caí en la nieve, apretaron mi cabeza contra el suelo y me dijeron: ‘No le digas a nadie, ¡Idiota!’
Entonces comencé a llorar, no porque estuviera lastimado o tuviera frío, sino por no tener amigos a pesar de que yo era bueno con todos.
Cuando llegué a mi casa y madre vino corriendo y me agarró del cabello mientras gritaba:’¡¿Dónde has estado, por qué estas todo mojado y tan sucio?, vete a tu cuarto sin cenar!’
Me fui a mi cuarto y no salí hasta el día siguiente, aunque tenía frío y mucha hambre.
Mis calificaciones en la escuela empeoraron; cuando mi papá me enteró me golpeó tan fuerte que me lastimó un dedo, y ya no puedo moverlo; en la escuela los otros niños se burlan de mi por eso.
Un día me levanté y me dolía mucho el pecho. A mamá y papá no les importó si estaba herido. En la noche al acostarme sólo quería una cosa. Ojala no les hiciera nunca más daño, no quería molestarlos, yo los quiero mucho.
Al día siguiente en la escuela teníamos que dibujar nuestro mayor sueño. Los otros niños dibujaron coches, castillos y muñecas, pero yo no. Sí me gustan todas esas cosas pero yo dibujé una familia, un niño con papá y mamá, los tres jugando y felices. Lo que más deseaba era un papá y una mamá cariñosos.
Cuando fue mi turno de enseñar mi dibujo a mis compañeros todos se rieron de mi.
‘Mi mayor sueño es una familia’ Todos comenzaron a reír, yo empecé a llorar y les dije:
‘Por favor no se rían de mi, ¡este es mi sueño más grande! Pueden pegarme u odiarme, pero por favor no se rían de mi. Quiero unos padres que me abracen y jueguen conmigo, que me recojan del colegio y estén siempre felices de verme. Se que soy torpe y feo, que tengo un dedo chueco, pero por favor no se rían de mi’
El profesor trató de secar mis lágrimas, algunos de mis compañeros dejaron de reír pero otros no.
Cuando me dieron la siguiente nota de mis calificaciones vi que era mala, sabía que mi mamá se iba a enfadar. Me cogió, me tiró al suelo y me golpeó con una silla dos veces en la cabeza, yo no podía levantarme . Me dolía de verdad, pero mamá me dejó tirado en el suelo.
Al regresar me dijo que recogiera el desorden antes de que llegara papá. Le rogué que no el dijera nada pero cuando levanté la vista ya era tarde, él estaba ahí. Al saber sobre mis calificaciones mi padre me levantó del suelo y me golpeó en la cara.
Luego de eso ya no recuerdo nada. Sólo se que desperté en una cama en el hospital, no podía mover ninguno de los dedos. Lloré mientras por la ventana veía otros niños de mi edad jugando o abrazando a sus padres.
Lloré porque no se como se siente que mamá o papá me abracen; ellos siempre me han golpeado pero yo los quiero igual. He tratado de ser bueno y estudioso, pero ellos aún así me pegan.
Otro día se me cayó un poco de te y me volvieron a golpear. El pecho me dolía de nuevo, le dije a mi mamá pero no le importó. Después de un tiempo tuve que ir al hospital otra vez, nadie vino a verme.
El médico me dijo que mis padres irían a verme al día siguiente, pero nunca llegaron. Quiero a mis padres de todas formas”
Al día siguiente el corazón de Iván se detuvo, murió debido a la gravedad de sus heridas. En sus manos los médicos encontraron una nota:
“Queridos mamá y papá. Estoy aterrado porque soy tonto y feo. Lo siento, se que así no pueden quererme.
Jamás quise molestarlos. Sólo quería un abrazo y que jugaran conmigo, escuchar un ‘te quiero’, que me tomaran de la mano.
Se que soy una vergüenza para ustedes y que jamás podre ser como quieren que sea”
El artículo original que relata esta historia está en ruso y, como hemos aclarado al principio, no podemos asegurar que la historia sea real, pero no es eso lo importante.
Todos los niños merecen ser amados, tiene el derecho a una familia que los quiera y proteja, a ser felices, a jugar y divertirse sin preocuparse de sufrir violencia o ser acosados, todos los niños tienen derecho a ser precisamente eso, niños.
En cada colegio, en cada casa, ciudad y país, en todo el mundo, nuestros pequeños merecen vivir en paz y con seguridad, con cariño, ternura y amor.